El hastío, las ganas de correr, la ausencia de deseo, las manos temblorosas persiguiendo un fin común;
La llave colgando de tu cuello, balanceándose,
A la espera de algo que recoger, a la espera de algo que colocar en su punta,
Los billetes, con su putrefacto valor, corrupto y desmedido, no escatiman en desaparecer,
Pasan por tus dedos, destruyendo esperanzas y profundos anhelos
Tu mente desesperada, vagando por una senda solitaria, persiguiendo un fin común
Tus brazos, impacientes, débiles, resguardando tu pecho, esconden la ansiedad
Tus ojos, pasean de un lado a otro, esperando divisar el blanco amanecer que se demora en llegar
El cigarrillo tranquilizador, cómplice de tus faenas, se quema entre tus dedos, preparado para calmar tus fosas nasales y el acido sabor de la garganta
Recargas tu llave, persiguiendo un fin común y se ha hecho la calma
Calma falsa, maldita, insignificante, momentánea
Pero calma, al fin
Divagas, agitado, confundido en falso bienestar
El sonido de un trago en el pico de la botella,
El humo espeso de un cigarro
Persiguiendo un fin común.
No hay comentarios:
Publicar un comentario